Via Francigena Morenico - Canavesana

Tras las huellas de Sigerico

Desde la Alta Edad Media la Vía Francígena ha sido la ruta seguida por los peregrinos de todo el centro y el norte de Europa para llegar a Roma, sede del Papa y corazón de la cristiandad: el camino, de 1600 km, en el 990 fue cruzado, señalado y descrito en 79 días por el arzobispo Sigerico al regresar a Canterbury desde Roma, tras la investidura del palio arzobispal por parte del Papa Juan XV. Su diario es el testimonio más auténtico del camino, que en 2004, fue declarada por el Consejo de Europa "Gran Itinerario Cultural Europeo" igual que el Camino de Santiago de Compostela en España. La Vía Francígena no sólo era un sendero devocional, sino también un camino recorrido por comerciantes, soldados, políticos y hombres de cultura que crearon un flujo de comunicación e intercambio que llevó a la unidad cultural europea entre los siglos X y XIII. El recorrido de la Vía Francígena Morrénica del Canavese, comprendido entre el tramo de Valle de Aosta y lo de Biella y Vercelli, se extiende a lo largo de unos 55 km a través de los territorios de 10 municipios: al caminar a lo largo del recorrido se encuentra un tramo del hermoso Anfiteatro Morénico de Ivrea creado por la retirada del Glaciar Balteo, una de las formaciones geológicas mejor conservada del mundo, salpicado de lagos y caracterizado por el perfil longitudinal de la Serra, una cordillera morrénica de 25 km. Muchas fueron las etapas para el descanso del cuerpo y del espíritu, y todavía es posible identificar una serie de ejemplos de edificios románicos que guardan la herencia de la época. En esta área, la cual puede ser considerada una salida espectacular e inesperada a la llanura después de pasar por lo más íntimo Valle de Aosta, la Vía Francígena en muchos tramos coincide con el Camino Real de los Vinos turineses: no os podéis perder, en las bodegas y vinotecas una degustación de la famosa Carema DOC, Canavese, Erbaluce Caluso y Passito. La cocina local, que tiene sus raíces en la tradición y en la estacionalidad, ofrece sabrosas sopas, platos con setas, castañas, cebollas, salchichas y quesos, y una variedad de deliciosos dulces que constituyen una fuente de energía a lo largo del camino y que encontraréis en las numerosas tiendas indicadas ... ¡Estos dulces, seguramente, tendrán cabida en vuestras mochilas de peregrinos!