Circuito
Desde San Giuseppe, un camino transitable conduce a la localidad Passeggeri, justo aguas arriba de Susa, y se junta con lo que procede del Monginevro entrando en la histórica Piazza Savoia. La ciudad está llena de testimonios romanos y medievales. Fue construida en la intersección entre dos ejes víales que llevaban, por un lado, a las colinas que conducen a Francia, y por el otro hacia Turín. Su posición estratégica hizo que desde la antigüedad se convirtiera en un punto de referencia para todo el valle. La historia antigua de Susa se puede imaginar a través de restos importantes, tales como el Arco de Augusto, el circo romano, el cinturón de la ciudad, la Porta Savoia, las excavaciones arqueológicas y el Castillo, residencia de la condesa Adelaida de Turín, la esposa de Otto de Saboya- Moriana.
La Catedrale de San Giusto y su imponente torre campanaria con su cúspide octogonal esbelta son el resultado de un complejo arquitectónico que se estratificó en el tiempo, desde 1029 año de la fundación de la abadía benedictina – hasta las intervenciones góticas y neo-góticas entre los siglos XIII y XIX: en el exterior destacan frescos decorativos estratificados, como La entrada de Cristo en Jerusalén (siglo XV, que se atribuye a Serra di Pinerolo) y los Medallones de los Santos y Profetas; valiosas pinturas, altares decorados y el coro de madera del siglo XIV enriquecen el interior. A poca distancia surgía el Priorato di Santa María Maggiore, la iglesia bautismal más antigua del Valle de Susa, de la que queda el campanario románico; otro testimonio del patrimonio religioso de Susa, además, son la Chiesa y el Convento de San Francisco, fundado según la tradición por Francesco de Asís en ocasión de su paso en 1214. Por último, en la orilla izquierda de la Dora Riparia, está la Chiesa di Nostra Signora della Pace, o Chiesa del Ponte, de estilo barroco, cuyas habitaciones adyacentes albergan el Museo Diocesano di Arte Sacra con colecciones importantes: el Tesoro de la Catedral de San Giusto, el Tesoro de la Iglesia del Puente, los Orfebres, la Estaturia y los Textiles.
La Catedrale de San Giusto y su imponente torre campanaria con su cúspide octogonal esbelta son el resultado de un complejo arquitectónico que se estratificó en el tiempo, desde 1029 año de la fundación de la abadía benedictina – hasta las intervenciones góticas y neo-góticas entre los siglos XIII y XIX: en el exterior destacan frescos decorativos estratificados, como La entrada de Cristo en Jerusalén (siglo XV, que se atribuye a Serra di Pinerolo) y los Medallones de los Santos y Profetas; valiosas pinturas, altares decorados y el coro de madera del siglo XIV enriquecen el interior. A poca distancia surgía el Priorato di Santa María Maggiore, la iglesia bautismal más antigua del Valle de Susa, de la que queda el campanario románico; otro testimonio del patrimonio religioso de Susa, además, son la Chiesa y el Convento de San Francisco, fundado según la tradición por Francesco de Asís en ocasión de su paso en 1214. Por último, en la orilla izquierda de la Dora Riparia, está la Chiesa di Nostra Signora della Pace, o Chiesa del Ponte, de estilo barroco, cuyas habitaciones adyacentes albergan el Museo Diocesano di Arte Sacra con colecciones importantes: el Tesoro de la Catedral de San Giusto, el Tesoro de la Iglesia del Puente, los Orfebres, la Estaturia y los Textiles.
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